Las trampas luminosas han demostrado ser una herramienta muy eficaz y ecológicamente sostenible para el control de plagas. Sin embargo, para garantizar un seguimiento y captura eficiente de los insectos voladores, así como su máxima eficacia en el control de plagas, es imprescindible realizar un mantenimiento regular y adecuado de estos equipos.
Las trampas de luz son capaces de atraer una amplia variedad de plagas, desde moscas hasta mosquitos y polillas. Sin embargo, con el tiempo, las lámparas tienden a perder su efectividad y las placas adhesivas se saturan de insectos, lo que resulta en una disminución en la capacidad de la trampa para combatir eficazmente las plagas. Por lo tanto, el mantenimiento regular se vuelve crucial para garantizar que las trampas funcionen plenamente.
Esta situación puede resultar en contaminación en el ambiente donde se instala la trampa. Por este motivo, es fundamental realizar una limpieza periódica y sustituir las placas adhesivas saturadas, evitando la proliferación de plagas y otros animales no deseados.